Déjame que te compare mi vida con el carbón piedra.
Eres de alma oscura y misteriosa, que ni siquiera cien
Magos podrían descifrarte.
Déjame que te compare mi amor con el carbón piedra.
De apariencia dura, pero al acercar tu mundo ante las
Llamas ardes y te sonrojas cuan fruta de verano.
Déjame que te compare mi ilusión perdida con el carbón piedra.
Que al abrazo de mil años, te transformas en la más hermosa gema vista por ser alguno.
Déjame que te compare mi amor eterno con un diamante.
Que resplandeces ante la luz y las sombras.
Déjame... ¡sólo déjame amarte por toda la eternidad!
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